martes, 19 de marzo de 2013

¿Queda mucho para Formentera?

Mis mejores amigos son una familia de indígenas aymaras de Cochabamba. Ellos avivan la hoguera con la que paliamos el frío insular. El autobús público va lleno de sonrientes mujeres magrebís que cubren su cabello con coloridos pañuelos. Los aborígenes van ataviados con pantuflas y ropas de andar por casa. Ellos son los que se encargan de mantener a flote la isla cuando nadie la visita. Los empresarios se quejan: les saldría más económico borrarla del mapa cuando llegase el invierno.