martes, 18 de octubre de 2011

Maricón… ¡vuelve el hombre!: masculinidad y crisis económica


POR NACHO MORENO

En Madrid vivimos un estado orwelliano, donde cada mañana, como si fuéramos las masas de Metrópolis, somos engullidos por un Moloch con fauces de puerta de vagón de metro. Allí embutidos junto con otros condenados a la rutina de (buscar) trabajo somos sometidos a los repetitivos eslóganes de “Madrid funciona”, “Madrid va bien” y “Prohibido pensar”. Una de las principales plataformas utilizadas para doblegar nuestra voluntad en esos trayectos es la televisión del Metro de Madrid, órgano que haría enrojecer al propio Goebbels quien afirmaba que la propaganda que se desvela como tal es altamente inefectiva, y que lo más aconsejable es disfrazar los lemas con bonitas imágenes. La tele del metro de Madrid, mucho más franca que el Ministerio de Propaganda Nazi, ha optado por decir las cosas a bocajarro y confiar en que la repetición de mensajes a una audiencia cautiva hará mella por erosión. “Madrid funciona”, “Madrid va bien” y “Prohibido pensar”. Para que se hagan una idea del material audiovisual al que somos sometidos los viajeros de un transporte público, el menú diario de ese NODO subterráneo consiste en: