viernes, 16 de julio de 2010

El verso y la nómina

POR DAVID BARBERÁ


Poetas ejecutivos y poetas asalariados. Los casos de Jaime Gil de Biedma y Antonio Gamoneda


El ejecutivo, el meritorio y los poetas

I. Según una encuesta reciente del INE, el 80% o así de los empleados españoles trabajan en empresas privadas.

II. Tienes perillita, calva de patricio, y eres Jaime Gil de Biedma. Fuiste alto ejecutivo de Tabacalera, una de las escasas grandes empresas que surgieron del colonialismo español, y tuviste que morir en 1990, de SIDA, uno de los primeros casos de una variante especialmente devastadora. Fuiste poeta, además; ahora eres leyenda, uno de los grandes nombres de tu generación, tal vez de todo el s. XX, tal vez sólo Federico y Luis Cernuda son tan grandes, tal vez… Incluso han hecho una polémica y razonablemente taquillera película de tu vida.

III. Tienes ricitos blancos, aparentas mala hostia, y eres Antonio Gamoneda. Fuiste contable del Banco Mercantil de León más de veinte años. Luego te hicieron un hueco en una diputación provincial, y has acabado con una jubilación mediana a lo sumo, con suerte un poco más acá de la frontera de la dignidad exigida al Estado del Bienestar. Pero eres poeta, eres Premio Cervantes de 2006. Y eres más que nunca una voz polémica en el “mundo de la literatura”, eres actualidad, ahora mismo, a tus ochenta años, desde León... El País y El Mundo sacan siempre tus declaraciones combativas, al acecho de Luis García Montero y sus acólitos.